Los apodos de Gabo

Algunos sobrenombres con los que bautizaron al escritor colombiano a lo largo de su vida.

Foto Archivo Revista Semana
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Centro Gabo

Los que conocieron y apreciaban a Gabriel García Márquez siempre lo llamaron Gabo o Gabito. Pero esos no fueron sus únicos sobrenombres. María del Pilar Rodríguez, investigadora y guionista de la Ruta Macondo Colombia, nos cuenta cuáles fueron algunos de los apodos con que fue bautizado el Premio Nobel de Literatura colombiano por sus amigos, compañeros y familiares en distintas etapas de su vida.

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2030: El rol de la inteligencia artificial en el futuro de los humanos

Los expertos vaticinan que este pilar de la cuarta revolución industrial amplificará la efectividad humana, según un estudio del Pew Research Center

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daniel
La inteligencia artificial (IA) forma parte de tu cotidianidad. Gmail, Facebook, Instagram, Twitter, Siri ―el asistente personal de los dispositivos de Apple―, el buscador de Google, Amazon, Google Now ―el asistente del gigante tecnológico para Android que recopila todos los datos de los servicios que usas―, Netflix, Spotify… utilizan IA. 
 
“La inteligencia artificial son sistemas informáticos que han sido diseñados para interactuar con el mundo a través de funcionalidades (como la percepción visual y el reconocimiento de la voz) y comportamientos inteligentes que concebimos como esencialmente humanos (por ejemplo, evaluar la información disponible y actuar de la manera más sensata para lograr un determinado objetivo)”, según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
 
Estos sistemas informáticos utilizan una serie de distintos algoritmos, funcionalidades de toma de decisiones y grandes volúmenes de datos para ofrecer una solución o una respuesta a una solicitud. Pero a medida que la IA emergente basada en algoritmos continúa expandiéndose, ¿las personas estarán mejor que en la actualidad?
 
Esta fue una de las interrogantes planteadas por el Pew Research Center en una encuesta realizada a 979 expertos sobre IA y el futuro de los humanos. Los especialistas en múltiples áreas relacionadas con la tecnología vaticinan que en el 2030 la IA en red amplificará la efectividad humana, pero también amenazará la autonomía, la agencia y las capacidades humanas.
 
Además, los expertos consideran que las computadoras pueden igualar o incluso exceder la inteligencia y las capacidades humanas en tareas como la toma de decisiones complejas, el razonamiento y el aprendizaje, el análisis sofisticado y el reconocimiento de patrones, la agudeza visual, el reconocimiento de voz y la traducción de idiomas.
 
Muchos enfocan sus comentarios optimistas sobre el cuidado de la salud y las muchas aplicaciones posibles de IA en el diagnóstico y tratamiento de pacientes o ayudando a las personas mayores a llevar una vida más plena y saludable.
 
También están entusiasmados con el papel de la IA en contribuir a amplios programas de salud pública basados en enormes cantidades de datos que pueden ser capturados en los próximos años, desde genomas personales hasta nutrición. Incluso varios especialistas vislumbran que la IA favorecerá cambios anticipados en los sistemas de educación formal e informal.
 
Sin embargo, la mayoría de los expertos manifiestan su preocupación por el impacto a largo plazo de estas nuevas herramientas en el ser humano. Entre las preocupaciones se encuentran:
 
1.- Agencia humana. Las personas están experimentando una pérdida de control sobre sus vidas. La toma de decisiones sobre aspectos clave de la vida digital se ceden automáticamente a las herramientas de “caja negra” basadas en código. Las personas carecen de información y no aprenden el contexto sobre cómo funcionan las herramientas. Sacrifican la independencia, la privacidad y el poder sobre la elección.
 
2.- Abusos de datos. El uso de datos y la vigilancia en sistemas complejos están diseñados con fines de lucro o para ejercer el poder. La mayoría de las herramientas de inteligencia artificial están y estarán en manos de compañías que luchan por obtener ganancias o gobiernos que luchan por el poder.
 
3.- Pérdida de trabajo. La toma de los puestos de trabajo por parte de IA ampliará las divisiones económicas, lo que conducirá a una agitación social. Mientras que algunos esperan que surjan nuevos empleos, otros se preocupan por la pérdida masiva de empleos, la ampliación de las divisiones económicas y los trastornos sociales, incluidos los levantamientos populistas.
 
4.- Dependencia del encierro. Reducción de las habilidades cognitivas, sociales y de supervivencia de los individuos. Muchos ven la IA como un aumento de las capacidades humanas, pero algunos predicen lo contrario: que la profunda dependencia de las personas en las redes impulsadas por la máquina erosionará sus habilidades para pensar por sí mismos.
 
5.- Violencia. Algunos predicen una mayor erosión de las estructuras sociopolíticas tradicionales y la posibilidad de grandes pérdidas de vidas debido al crecimiento acelerado de las aplicaciones militares autónomas y el uso de información con armas, mentiras y propaganda para desestabilizar peligrosamente a los grupos humanos. Algunos también temen el alcance de los ciberdelincuentes en los sistemas económicos.
 
 

Soluciones sugeridas ante el impacto de la IA

 
El bien global es el n.° 1. Mejorar la colaboración humana a través de las fronteras y grupos de partes interesadas. La cooperación digital para servir a los mejores intereses de la humanidad es la máxima prioridad. Se deben encontrar formas para que las personas de todo el mundo lleguen a acuerdos comunes, para unir fuerzas con la finalidad de facilitar la innovación de enfoques destinados a abordar problemas complejos y mantener el control sobre redes humanas-digitales complejas.
 
Sistema basado en valores. Desarrollar políticas para asegurar que la IA se dirija a la humanidad y al bien común. Es importante construir redes digitales inteligentes inclusivas y descentralizadas “impregnadas de empatía” que ayuden a los humanos a asegurar agresivamente que la tecnología cumpla con las responsabilidades sociales y éticas. 
 
Dar prioridad a las personas. Reorganizar los sistemas económicos y políticos hacia el objetivo de expandir las capacidades y competencias de los humanos para aumentar la colaboración entre humanos/IA y las tendencias firmes que comprometerían la relevancia humana frente a la inteligencia programada.
 

La cuarta revolución industrial transforma todo

La internet de las cosas, la nube, el análisis de big data, la inteligencia artificial y el blockchain conforman los pilares de la cuarta revolución industrial
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daniel
Uno de los temas imprescindibles en la actualidad es la cuarta revolución industrial (4RI) o industria 4.0, a partir del libro del año 2016, The Fourth Industrial Revolution, de Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial (FEM). 
 
En el libro, Schwab toma en cuenta investigaciones previas y propone varias revoluciones industriales, como lo señala en su blog el comunicólogo Carlos Scolari:
 
  • Primera revolución industrial: abarca desde 1760 a 1840 y fue disparada por la máquina a vapor y la producción mecánica.
  • Segunda revolución industrial: comienza a finales del siglo XIX y se extiende hasta mediados del siglo XX. Si la primera revolución industrial respiraba el vapor de las locomotoras, la segunda latía al calor de las bombillas eléctricas.
  • Tercera revolución industrial: comienza en la posguerra y está marcada por el desarrollo acelerado de la tecnología digital, un proceso que parte de los primeros transistores y microprocesadores, el pasaje de la computación mainframe (en la década de 1960) a la personal (los 80) y la explosión de las redes digitales (los 90).

 

Según Schwab, la cuarta revolución industrial tiene características diferentes a las anteriores: más que un nuevo estrato tecnológico generado por alguna nueva forma de energía o de transferencia de información, la era en la que estamos entrando se caracteriza por una “fusión entre tecnologías y su interacción a través del dominio físico, digital y biológico”. La 4RI comienza cuando lo digital se cruza con la nanotecnología, la genética dialoga con la computación cuántica y el Big Data, y la inteligencia artificial (IA) se mezcla con la internet de las cosas (idC) o las fuentes renovables de energía.

Sin embargo, como lo reseña Scolari, Schwab considera que no existe una infraestructura política o de liderazgo a escala global capaz de procesar lo que se viene ni mucho menos de gestionarlo; también apunta a la falta de una narrativa que permita visualizar los desafíos y oportunidades que se perfilan al horizonte.

 

Diferencias de la 4RI respecto a las anteriores

Esta revolución tiene al menos tres diferencias respecto a las anteriores, según un reciente informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). 

  • La primera diferencia es la velocidad. Las revoluciones industriales anteriores sucedieron a lo largo de varias décadas, pero la cuarta se está desarrollando a gran velocidad.
  • La segunda es que la 4RI está impulsada por una amplia gama de nuevos avances no solo en el ámbito digital (tales como la IA) sino también en el ámbito físico (nuevos materiales) y en el ámbito biológico (bioingeniería). Las nuevas tecnologías y la interacción entre ellas ofrecerán nuevas formas de crear y consumir, transformarán la manera en que se prestan y se accede a los servicios públicos, a la vez que habilitarán nuevas formas para comunicarse y gobernar.
  • La tercera diferencia es que esta revolución no se limita a la innovación de un producto o servicio, sino que se trata de innovar sistemas enteros.

 

La 4RI, según el FEM

 

Urge dar forma a la 4RI

“Es muy gratificante ver que, desde la publicación de mi libro de 2016, (…) hemos comenzado a cambiar la forma en que hablamos sobre la tecnología y su impacto en el mundo”, sostiene el presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial. Sin embargo, “el desafío es que no disponemos de una década para cambiar lentamente la mentalidad antes de actuar sobre los retos de la cuarta revolución industrial”.

La velocidad, la escala y el alcance del cambio, junto con el hecho de que los empresarios, las empresas y los legisladores ya están creando reglas, normas, técnicas e infraestructura en torno a las nuevas tecnologías, significa que en diez años será demasiado tarde.

“Nuestra comprensión de las revoluciones industriales anteriores es que, si bien crean una enorme riqueza y oportunidad, también crean un daño significativo: muchas personas se pierden por completo sus beneficios, y son las poblaciones con menos voz o poder las que experimentan las consecuencias más negativas”, aclara Schwab en el portal del FEM.  

Por lo tanto, no es bueno dejar la evolución de nuestro futuro tecnológico al azar, o confiar en que las fuerzas del mercado crearán el futuro que queremos. Por el contrario, necesitamos hablar, pensar y actuar hoy.