12 frases de Gabriel García Márquez sobre el oficio de escribir

Confesiones y sentencias del nobel colombiano acerca de su escritura creativa.

Hernán Díaz
Por:
Centro Gabo

Compartimos doce ideas de Gabo elaboradas a modo de consejos sobre el oficio de la escritura:

   

1. El ‘parto’ de escribir


 

Lo que quiero contar, lo hago escrito, solito en mi cuarto, y con mucho trabajo. Es un trabajo angustioso pero sensacional. Vencer el problema de la escritura es tan emocionante y alegra tanto que vale la pena todo el trabajo; es como un parto.
"Gabriel García Márquez". 7 Voces, junio de 1971.
 

2. El cuento que merece ser contado

 
Cuando quiero escribir algo es porque siento que eso merece ser contado. Más aún, cuando escribo un cuento es porque a mí me gustaría leerlo.
"Gabriel García Márquez". 7 Voces, junio de 1971.
 

3. Aprender leyendo

 
La literatura no se aprende en la universidad, sino leyendo y leyendo a los otros escritores.
"Gabriel García Márquez: diez mil años de literatura".
Revista Bohemia, febrero de 1979.
 

4. Hacia una contradicción creativa

 
Quien no se contradice es un dogmático y todo dogmático es un reaccionario. Me contradigo a cada minuto y particularmente en materia literaria. Por mi método de trabajo no podría llegar al punto de la creación literaria sin contradecirme, rectificarme y equivocarme permanentemente. Si no fuese así estaría escribiendo siempre el mismo libro.
"Gabriel García Márquez". 7 Voces, junio de 1971.
 

5. Conocer la literatura que te precede

 
Salvo que sea un genio excepcional que aparezca de pronto, no se puede hacer buena literatura si no se conoce toda la literatura. Hay una tendencia a menospreciar la cultura literaria, a creer en el espontaneísmo, en la invención. La verdad es que la literatura es una ciencia que hay que aprender y que existen diez mil años de literatura detrás de cada cuento que se escriba y que para conocer esa literatura sí se necesita modestia y humildad.
"Gabriel García Márquez: diez mil años de literatura". 
Revista Bohemia, febrero de 1979.
 

6. Escribir con imágenes

 
Nunca podría escribir un libro a partir de una idea; parto siempre de una imagen, de un sentimiento y todo el libro desarrolla esa tesis. A partir de una idea se podrán escribir ensayos, tratados; no otras cosas.
"Tener al lector agarrado por el cuello; no dejarlo pestañear".
El Periodista de Buenos Aires, diciembre de 1985.
 

7. La soledad de la escritura

 
Si bien la literatura es un producto social, el trabajo literario es absolutamente individual y es, además, el trabajo más solitario del mundo. Nadie te puede ayudar a escribir lo que estás escribiendo. Ahí estás completamente solo, indefenso, como un náufrago en la mitad del mar.
"Gabriel García Márquez: diez mil años de literatura". 
Revista Bohemia, febrero de 1979.
 

8. La realidad como materia prima

 
Uno tiene que trabajar con sus propias realidades, eso no tiene remedio. El escritor que no trabaje con su propia realidad, con sus propias experiencias, está mal, anda mal.
"Gabriel García Márquez: diez mil años de literatura". 
Revista Bohemia, febrero de 1979.
 

9. Modestia: virtud sobrevalorada

 
En el oficio de escritor la modestia es una virtud sobrevalorada. Porque si tú te sientas a escribir modestamente, quedas convertido en un escritor de nivel modesto. Entonces, hay que meterle toda la ambición del mundo y hay que ponerse los grandes modelos. Al fin y al cabo, uno aprende a escribir con los grandes modelos, que para mí son Sófocles, Dostoievski… Entonces, ¿por qué tú vas a tratar de escribir más modestamente que esos grandes modelos? Lo que tienes es que tirarles a muerte y proponerte escribir mejor que ellos.
"Gabriel García Márquez: diez mil años de literatura". 
Revista Bohemia, febrero de 1979.
 

10. Escribir para no aburrir al lector

 
Donde un libro aburre ahí lo dejo. No leo ni por respeto, ni por devoción, ni por obligación. Cuando niño empecé a leer El Quijote, me aburrió, lo dejé por la mitad. Después lo volví a leer y releer pero porque me gustó, no por ser un libro obligatorio. Ese ha sido mi método de lectura y al escribir tengo el mismo concepto. Estoy siempre con el terror de cuál es la página en la que el lector se va aburrir y va a tirar el libro. Trato entonces de que no se aburra y que no me haga lo mismo que hago a los otros.
"Gabriel García Márquez". 7 Voces, junio de 1971.
 

11. Agarrando al lector por el cuello

 
Busco la manera de que el lector no se distraiga con nada. Pongo algunos adjetivos, algunas palabras que no tendrían por qué estar allí, que no significan nada, pero que son recursos imperceptibles de estilo con el objeto de que no haya tropiezo. Tengo la impresión de que cuando el lector tropieza y pestañea, por una falla del ritmo o por cualquier otra cosa, allí se distrae y corro el riesgo de que se me escape. Quiero tenerlo agarrado por el cuello, desde la primera hasta a la última línea.
"Tener al lector agarrado por el cuello; no dejarlo pestañear". 
El Periodista de Buenos Aires, diciembre de 1985.
 

12. Narrar para ser querido

 
Tratar de que me quieran por un buen cuento que conté..., esa es mi verdadera vocación.
"Gabriel García Márquez". 7 Voces, junio de 1971.

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“Ya estamos en una sociedad red”: Manuel Castells

Manuel Castells manifestó que las grandes empresas de comunicación digital venden datos de sus usuarios a compañías, gobiernos y partidos políticos.
 
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Pixabay
Por:
daniel

Para el sociólogo y economista Manuel Castells, el poder siempre se ha basado en el control de la información y la comunicación. “Esa constante interacción y lucha en torno a quien controla información y cómo se permite o no y para quién y de qué manera la comunicación, esa es la clave del poder”, sostuvo el académico en la conferencia Poder, contrapoder y participación ciudadana en la sociedad red, en la ciudad argentina de Rosario, el pasado 13 de abril

 

¿Cómo se ejerce ese poder? Por un lado, manifestó que la digitalización total de la comunicación permite la creación de una vasta red global de vigilancia y de control, “la mayor de la historia”. No solamente porque hay información posible de todas partes, sino porque se puede manejar. Sostuvo que la policía política, desde la España de Franco hasta la Unión Soviética sabía todo de todos. El detalle radica en que no era posible manejar esa gran cantidad de información: era imposible clasificarla, organizarla, digerirla y utilizarla.

 
“En Túnez cuando estalló la revolución de la Primavera Árabe se descubrió que en un país de 12 millones de habitantes había un millón de agentes pagados por la policía política”, agregó el investigador. Ese nivel de control no hubiera sido posible sin una red de comunicación que permitiera gestionarlo.
 
Por otro lado, según Castells, las grandes empresas de comunicación digital, como Google, Facebook y Twitter, no están tan concentradas en ejercer el poder, sino en convertir toda nuestra actividad en datos. 
“Los Estados lo que quieren es vigilancia, control y poder. Las empresas quieren ganancia, y esa ganancia depende del volumen de tráfico. Si se seca la fuente de datos, que somos nosotros haciendo de todo en las redes, entonces se seca la fuente de ganancia”, explicó el académico. 
 
Para él, las lógicas sean distintas en los dos casos, pues considera a las empresas muy reticentes a utilizar los datos al servicio de los gobiernos. Eso, sin embargo, no quiere decir que no lo hagan. “Cuando hace falta un pequeño dinerito a fin de mes, lo hacen”, espetó Castells con cierta picardía. 
 

El planeta está conectado

Castells, quien también fue director del Internet Interdisciplinary Institute (IN3) de la Universidad Abierta de Cataluña sustentó sus estudios con datos duros sobre la sociedad red. 
 
“Hoy en este planeta de 7.600 millones de personas, más o menos, hay 7.000 millones de números de teléfonos móviles. Prácticamente, si descontamos a los niños menores de 3 años que hoy no tienen su número personal, el planeta está conectado. Internet cuenta con 4.000 millones de usuarios en este momento, con desigualdad en los servicios, y crece rápidamente. Cuando mi generación desaparezca de la escena, internet será universal”, argumentó Castells.
 
Para el autor de Comunicación y poder la comunicación tradicional de masas, jerárquica y unidireccional se ha transformado en la autocomunicación. A diferencia de la época de los medios de masas, actualmente es posible comunicarse desde cualquier punto hasta cualquier otro punto autoseleccionando, pues los mensajes que se envían y se reciben en un sistema multidireccional y sistemáticamente interactivo en el que estamos todos.
 

¿El fin de la democracia liberal?

En el evento, Castells expuso algunos tópicos plasmados en su nuevo libro Ruptura: La crisis de la democracia liberal. Para él, los conceptos establecidos por el filósofo Jürgen Habermas de que el espacio público  es  una especie de ágora democrática, donde la ciudadanía delibera de manera consciente e informada, no es la realidad. 
 
Según el profesor, esto ocurre porque el espacio público de la comunicación se crea a través de los medios de comunicación, que están sesgados y sus audiencias son autoseleccionadas. Es decir, los ciudadanos “no se informan, sino solo miran, consultan y siguen aquellos medios que saben que ya están de acuerdo con ellos”.
 
“Nuestra sociedad, que he llamado red por eso, está basada en redes de comunicación digitalizada en todos los aspectos de la vida, la política, la economía y las relaciones personales. (…) Hace 20 años no había redes sociales. Por tanto, ya estamos en una sociedad red”, aclaró el catedrático de la Universidad de Berkeley.
 
En la sociedad red el espacio público de la comunicación no solo es a través de los medios de comunicación, sino también de los internautas que son capaces de procesar, almacenar y transmitir información sin restricciones de distancia, tiempo ni volumen.